domingo, junio 11, 2006

UNA MIRADA PERSONAL

ALIENACION EN EL TRABAJO
El capitalismo crea alienación, una experiencia según la cual los hombres, antes que gobernar sus propias vidas y sus propios destinos, se sienten gobernados por fuerzas ajenas o extrañas a ellos (en este caso las fuerzas del mercado, de la oferta y la demanda); fuerzas que no controlan y a las que se someten. Sometidos a las leyes del mercado y deshumanizados (en cuanto que han perdido lo que les es propio y lo que les distingue de los animales: la capacidad de gobernar sus propias vidas y de realizarse mediante el trabajo y la cooperación con otros hombres), los trabajadores no pueden encontrar ningún motivo de satisfacción en su situación. Aquí radica otra contradicción del capitalismo: si bien el capitalismo ha aumentado el control de los hombres sobre la naturaleza, desarrollando nuevas tecnologías que han multiplicado infinitamente su capacidad productiva, esos mismos hombres han perdido el control sobre sus propias vidas, actuando al dictado de las leyes de la oferta y la demanda. En las sociedades capitalistas, los trabajadores están alienados, no se ven así mismos como hombres libres, sino como una mercancía más, que los capitalistas compran cuando la necesitan y se desentienden de ella cuando no la necesitan. El trabajador industrial está alienado respecto a:
1. su trabajo. Idealmente, la gente trabaja para satisfacer sus necesidades económicas, pero también para realizarse como personas, desarrollando su potencial y sus cualidades. Esto no es posible en la empresa capitalista, en donde los trabajadores no tienen ningún control sobre el proceso de su trabajo. En la empresa capitalista, los trabajadores se ven obligados a realizar las tareas que se les asignan en el modo y el tiempo que se les indica. En la empresa capitalista no hay lugar para la creatividad: todo está debidamente reglamentado y supervisado. Los trabajadores, habiendo perdido el control de su trabajo, han terminado convertidos en apéndices de las máquinas.
2. de los productos de su trabajo, en cuanto a que éstos no le pertenecen al trabajador, que los ha producido, sino al capitalista, que ha comprado su tiempo y esfuerzo a cambio de un salario. cuando más se implican en su trabajo más se deshumanizan los trabajadores.
3. otros trabajadores. El trabajo es expresión de la naturaleza humana, básicamente cooperativa y solidaria. En las sociedades capitalista, por el contrario, el trabajo deja de ser una experiencia de cooperación y pasa a ser algo puramente competitivo.
4. sí mismo, o su propia naturaleza humana. "el trabajador no se afirma en el trabajo, sino que se niega; no se siente feliz, sino como un miserable; no desarrolla libremente sus energías físicas y mentales, sino que arruina su cuerpo y su espíritu. Sólo se encuentra a sí mismo en su tiempo libre. Cuando trabaja deja de ser él, está fuera de sí. En otras palabras, el capitalismo transforma una actividad en la que deberían expresarse las cualidades esenciales del hombre en una experiencia deprimente y deshumanizadora.
Las experiencias vitales de los trabajadores, dominadas por su alienación, no favorecen el cambio social, no estimulan la voluntad transformadora. eventualmente, los trabajadores serán capaces de identificar al causante de su situación, de constituirse como una clase social y de transformar la sociedad.

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