miércoles, agosto 02, 2006

LOS PAVOS NO VUELAN


LOS PAVOS NO VUELAN

Un paisano en Catamarca encontró un huevo muy grande. Nunca había visto nada igual. Y decidió llevarlo a su casa.

- “¿Será de un avestruz?” preguntó a su mujer.
- “No. Es demasiado abultado”; dijo el abuelo
- “¿Y si lo rompemos?”, propuso el ahijado.
- “Es una lástima. Perderíamos una hermosa curiosidad”; respondió la cuidadosa abuela.
- “En la duda, lo voy a colocar a la pava que está empollando huevos. Tal vez con el tiempo nazca algo.” Afirmó el paisano y así lo hizo.

Cuenta la historia que a los quince días nació un pavito oscuro, grande, nervioso, que con mucha avidez comió todo el alimento que encontró a su alrededor. Luego miró a la madre con vivacidad y le dijo entusiasta:

“Bueno, ahora vamos a volar.”

La pava se sorprendió muchísimo de la proposición de su flamante crío, y le explicó:

“Mirá, los pavos no vuelan. Te hace mal comer apurado”.

Entonces trataron de que el pavito coma más despacio, el mejor alimento y en la medida justa.
El pavito terminaba su almuerzo o cena, su desayuno o merienda y le decía a sus hermanos:

“¡Vamos muchachos, a volar!”

Todos los pavos le explicaban entonces nuevamente:

“Los pavos no vuelan. A vos te hace mal la comida.”

El pavito fue hablando más de comer y menos de volar. Y creció y murió en la pavada general: ¡pero era un cóndor!
Había nacido para volar hasta los 7000 metros ¡pero nadie volaba… !
El riesgo de morir en la pavada general es muy grande. ¡Como nadie vuela!
Muchas puertas están abiertas porque nadie las cierra, y otras están cerradas porque ninguno las abre.
El miedo al hondazo es terrible.
La verdadera protección está en las alturas. Especialmente cuando hay hambre de elevación y buenas alas.

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